Por Tu Familia

Dos amigos se encuentran en un restaurante. Uno pregunta: ¡¿Y fulano?! El otro contesta: Si supieras que estuve con el hace una semana, está muy bien, trabaja en una multinacional, con buena posición. Esta conversación revela que estar bien significa tener buen trabajo y por ende, buena remuneración económica, como si de aquí depende el bienestar de un individuo. Desde este esquema podemos evidenciar hasta donde se valora el logro personal en base a logros económicos. En estos momentos existe una campaña abierta a la que se han unido diferentes sectores de la vida nacional sin importar religión, clero o grupo social, simplemente persiguen lograr un cambio en el manejo institucional y gubernamental. NO hacemos nada con críticas, reclamos, protestas, sin ir al fondo del problema. Necesitamos buscar este cambio dentro del marco familiar, empezar a tratar de buscar todos los elementos que han estado incidiendo en la creación de paradigmas distorsionados sobre el valor del ser humano: “tan

Si tuviera que hablar de alguien que admiré, respeté y amé, persona que, sin ser un intelectual, tenía una capacidad y concepto de vivir por encima de sus tiempos, una inteligencia emocional que le permitía manejar cualquier situación de su vida, era mi padre. Traté, junto a mis hijos, de que cuando él venía a casa se sintiera acogido y esperado. Tenía un gran sentido del humor y una manera especial de ver la vida, cosa esta, creo aprendí de él. De repente, algo cambia su vida drásticamente: un diagnóstico de cáncer. El, hombre autosuficiente, enfrenta dicha enfermedad con valentía y todo el apoyo que pude darle. Decidimos ir a evaluarlo a Miami donde recibió las atenciones del Dr. Antún, quien desempeñaba una alta posición en Cedars Hospital. El tratamiento a su enfermedad fue dado de manera exitosa, gracias a Dios, le permitió vivir los siguientes cinco años con calidad de vida óptima. Vuelve a manifestar síntomas, entra en crisis, lo que hace necesario recurrentes internamientos. En

Invertir en estos tiempos, en los cuales cada vez son mas inciertos los pronósticos de riesgos, es difícil. Cuando haces una inversión, no importa el monto, tu tienes una gran disyuntiva si será o no exitosa la misma. Quiero plantearles la mayor inversión que podemos hacer, y la única en la cual solo se obtienen ganancias y es la de “tiempo a nuestros hijos”. Como padres tenemos múltiples ocupaciones que nos demandan tiempo, en vista de la necesidad de producir para cumplir con responsabilidades básicas, como alimentación, vivienda, salud, entre otras. “No tengo tiempo” es una respuesta emitida frecuentemente entre conyugues, padres a hijos, amigos, para justificar la ausencia de calor y afectividad demandada entre las personas. Expresión esta que a veces percibo como sinónimo de “soy importante”, la cual nos lleva a nosotros mismos a minimizar muchas veces las cosas que verdaderamente necesitan nuestro tiempo como son, nuestros hijos. Estamos en vacaciones y a los padres con h

Cuando das una vuelta a los acontecimientos mundiales, puedes darte cuenta que no existe punto de la tierra en el cual las cosas marchen bien, guerras, hambre, terrorismo, problemas atmosféricos, entre otros. Nuestro país, el cual no pertenece a otra galaxia, también tiene sus propios problemas. De más están las criticas si no las acompañamos de soluciones o por lo menos sugerencias para el cambio del objeto o situacion criticada, por tanto nuestro objetivo siempre sera desde aquí hacer aportes hacia soluciones. “Todo reino dividido contra si mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra si misma, no permanecera”( Mateo 12:25). Partiendo de esta cita es que voy a tratar la necesidad de “unir esfuerzos” en la familia, el trabajo, en las calles, para que con el mismo nuestra sociedad no perezca, y por el contrario prevalezca como ejemplo para otras. Durante decadas hemos pasado por situaciones difíciles de toda indole y hemos salido hacia delante. En este momento tambien vamos

“Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3). Esta cita bíblica nos muestra la importancia de conocer con quienes interactúan nuestros hijos, ya que estos sirven de termómetro para identificar intereses que priman en la vida de ellos. Frecuentemente los llevamos a lugares de “compañeros”, los cuales muchas veces, no sabemos ni sus nombres, ya que basta con que estos compartan actividades escolares, sean miembros de un mismo club, o simplemente pertenecen hasta una misma iglesia, Sin embargo, no nos preocupamos por conocer quienes son sus padres, y mucho menos, como acabo de señalar, estos amigos, los cuales muchas veces tienen mayor influencia que nosotros, y por tanto, en ocasiones, recibimos sorpresas de conductas emitidas básicamente por la “presión de grupo”. Se que ustedes, como padres, tienen una meta principal en sus vidas: hijos con desarrollo integral sano, por tanto, vamos a unir esfuerzos para apalear todo lo que pueda interferir, y que hasta ahora no habíam

Conocernos plenamente, aun entre padres e hijos, no es tan sencillo, pero si mantenemos canales adecuados de comunicación, definición de roles y fronteras bien establecidas , se facilita el poder diferenciar el comportamiento de los miembros de nuestra familia. Una madre divorciada con tres hijas me comentaba que, aunque lamentable y penoso, estas le dedican media hora del día, y cuando lo hacen, prácticamente ella habla sola, ya que responden con un si, no, quizás o cualquier otro monosílabo. Continua diciendo que ambas, estudiantes universitarias, su tiempo cuando están en casa lo utilizan entre hacer tareas, revisar email y responder a sus amigos y conocidos. ¿Creen ustedes existe posibilidad de conocerse en situaciones como esta? Vemos un retrato que representa un gran número de familias, y por ende, puede servir para empezar a buscar herramientas que permitan establecer cambios en patrones no adecuados, pero que quizás hasta ahora no le habíamos dado importancia. Cuando un problem

¿Se conocen? Parte 1/3 Son frecuentes las quejas de padres sobre cuan inmersos viven sus hijos en su propio mundo, excluidos, sin darse cuenta, del medio en el cual viven. Las familias donde cada uno de sus miembros tiene computador, televisor y algún que otro medio más de comunicación, se convierten en lugares mudos. Digo mudos porque apenas intercambian palabras y, con ello, se rompe toda interacción que debe darse en la dinámica familiar. Muchas veces me pregunto si esta es una manera cómoda en la cual las familias se colocan y, así, cada uno en su galaxia, evitan tener que confrontar situaciones que no andan bien, están guardadas, por tanto cuando explotan, ya se dificultan las acciones y soluciones posibles. Hace años, en clase de ética para psicólogos, el profesor, que era sacerdote, preguntó: ¿conoces alguien que entra a tu casa, a tu habitación, te calla, habla ella y se convierte en el centro? “No”, respondimos. El contestó: ¡Cuidado! Se llama televisión. Nunca imaginó ese sac