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Mostrando entradas de febrero, 2010

Conciencia

Es increíble la carencia de agua existente en algunos sectores de nuestra ciudad, donde a veces los individuos tienen que recorrer largas distancias para poder llevar a sus casas un poco de este recurso tan necesario para el desenvolvimiento cotidiano dentro del hogar. Para todo o casi todo necesitamos agua. Empiezo con esto, ya que muchas veces cuando me pongo a meditar situaciones por las que atraviesa nuestra sociedad entiendo que cada uno de nosotros necesita hacer conciencia de la oportunidad que tenemos de colaborar con lo cambios que a gritos demanda la mayoría. Es incalculable la cantidad de galones de agua que se ahorraría con solo cerrar la llave en el momento que, al bañarnos, nos enjabonamos. En lo concerniente a la energía eléctrica, cualquier cosa que yo quiera mencionar sale sobrando. Sin embargo, son innumerables los hogares en los cuales se consume energía en áreas donde no es necesaria. Basta con solo apagar bombillos donde no hace falta. Queremos u

Cómo cuesta!

De manera fortuita, hace apenas unos días, mientras esperaba unos misioneros en el aeropuerto, aprovechando el retrazo de su vuelo, me senté a conversar con una señora de 62 años, la cual estaba acompañada de dos nietos, y en la conversación me dijo que esperaba a su hija que venía de España. Hablando, esta me dice: “Tengo un año que no la veo y estoy ansiosa de que llegue, aunque tengo 27 hijos más”. Asombrada, le pregunto: “¡¿Cuántos?!”. Esta responde: “De mi vientre, solo tres; los restantes, los he criado desde pequeños hasta que se casan o se van”. Sostiene que los primeros tres los adoptó cuando ella tenía quince años, al morir una amiga un poquito mayor que ella, quien le pidió en su lecho de muerte que por favor se los criara. Verdaderamente es increíble poder entender, en estos tiempos, cuando nadie quiere tener más de tres hijos, claro está, por la responsabilidad que implica especialmente el tiempo y dedicación que hay que darles a los mismos. Es increíble poder enten

De mil maneras

Los niños pequeños suelen formular frecuentemente, ante cualquier situación de inseguridad, la siguiente pregunta: “¿Me quieres papi? Ó ¿Me quieres mami?” Y la misma, la repiten a las personas que tienen mucha importancia para ellos, sobretodo, aquellas de las cuales están siempre cerca y, de los que, tienen mayor dependencia. Esta es la forma de cómo asimilan que se les quiere; de tal manera que, cuando de forma inquieta hacen la pregunta, basta responderles que sí, que les amas; para que continúen realizando lo que estén haciendo y, entran, de nuevo, con seguridad. ¿Cuánto tiempo hace que no expresas amor a los que te rodean, o, cuanto tiempo que, aun necesitándolo, preguntas, al igual que los niños: “¿Me amas, hijo?; ¿me amas, padre?; ¿me amas, esposa?”? Durante décadas se ha declarado el mes de febrero, en casi todo el mundo, como el mes del amor, sin embargo, lo que debemos y necesitamos es vivir cada d ía dosificándonos mutuamente con este sentimiento. Cada persona t

De mil maneras

Los niños pequeños suelen formular frecuentemente, ante cualquier situación de inseguridad, la siguiente pregunta: “¿Me quieres papi? Ó ¿Me quieres mami?” Y la misma, la repiten a las personas que tienen mucha importancia para ellos, sobretodo, aquellas de las cuales están siempre cerca y, de los que, tienen mayor dependencia. Esta es la forma de cómo asimilan que se les quiere; de tal manera que, cuando de forma inquieta hacen la pregunta, basta responderles que sí, que les amas; para que continúen realizando lo que estén haciendo y, entran, de nuevo, con seguridad. ¿Cuánto tiempo hace que no expresas amor a los que te rodean, o, cuanto tiempo que, aun necesitándolo, preguntas, al igual que los niños: “¿Me amas, hijo?; ¿me amas, padre?; ¿me amas, esposa?”? Durante décadas se ha declarado el mes de febrero, en casi todo el mundo, como el mes del amor, sin embargo, lo que debemos y necesitamos es vivir cada d ía dosificándonos mutuamente con este sentimiento. Cada persona tiene su forma

Reconciliación

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Desde niña contemplaba el compartir de una familia cercana, la cual estaba compuesta por once hijos: la madre y el padre, sumado, uno que otro hijo de la persona que ayudaba en la casa, al cual, cotidianamente, también estaba presente e interactuaba en las actividades diarias. Siempre pensé cuán hermoso debía ser tener muchos hermanos, ya que nosotros éramos tres (dos varones y yo, que era menor) con diferencia marcada de edad entre ellos y yo, razón por la cual, prácticamente, no tenia con quien jugar y, por ende, siempre estuve rodeada de primitos, los cuales llenaban el espacio de los hermanos que siempre añoré. Lo que, hoy por hoy, me ha dado la oportunidad de siempre estar rodeada de esos primos y, aunque solo somos dos (mi hermano mayor falleció), tengo una familia numerosa. Traigo esto a relucir, por la oportunidad que tuve la semana pasada de compartir con una familia numerosa, donde todos ya son muy adultos, no en calidad de terapeuta, sino, por se

Seguridad en las mejores manos

Paradójicamente, nunca la ciencia tuvo mayores adelantos, sin embargo, a la par con esto, el hombre jamás había buscado a Dios como en estos tiempos. Cada vez más, en todo el mundo, aun en sociedades como Europa, donde podemos ver la penetración paulatina del evangelio, y cómo este está llegando a la gran mayoría de los países europeos; verdaderamente, es un fenómeno que nos indica cómo el hombre ha ido entendiendo que hay una serie de respuestas que la ciencia no puede responder. Como nunca, también se ha invertido en las grandes naciones, principalmente en los EEUU, en lo que es: “la seguridad”. Esto lo vemos de manera muy especial: cuando llegas a un aeropuerto, donde es tanta la revisión que, verdaderamente, salir de viajes es agotador. En nuestro país tenemos la problemática de la delincuencia callejera, la cual evita poder transitar tranquilamente por nuestras calles. ¿Dónde está la seguridad del hombre hoy día? Quiero citarles el siguiente pasaje Bíblico: “Dios e