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Mostrando entradas de septiembre, 2010

En extinción

Cuando quiero comprar carnes frescas suelo ir a una carnicería donde por lo general me atiende una misma joven, aunque hay varios empleados también son buenos. Hace apenas dos días, en su hora de descanso, alcanza a verme y grita: “¡Amiga!, voy a atenderla”. Es una chica bastante joven quien con amor y cuidado selecciona por lo general (conoce lo que siempre compro) qué me va a ofrecer cuando voy a ese lugar. Esto parece algo quizás sin importancia para otros, pero para mí, más que venderme un producto, recibo conjuntamente con él una hermosa dosis de afecto y deseo de servir a mi persona. Eventos como este se hacen cada vez menos comunes, y con frecuencia me pregunto: “¿Qué está pasando en nuestra sociedad donde una gran parte de las personas, en vez de estar contentas y agradecidas de tener un trabajo a través d­el cual deben dar un servicio, quisieran que los que vamos al lugar, gracias a quienes ellos cobran, no existiéramos?”. En ocasiones me he sentido tan mal atendida por algún

Peligroso descuido

Fui consultada por la tía de una joven de 19 años, quien con mucha preocupación vino a plantearme la situación vivida en esos momentos a raíz de lo que descubrió intentó hacer su sobrina, la cual se encontraba de vacaciones de verano aquí en el país, y como en años anteriores se hospeda en su casa, ya que esta reside en EEUU. La dejó sola en la casa, y cuando regresó la encontró intentando cortarse las venas. Le pregunto si anteriormente había dado señales de algo similar, y me contestó que ella misma le narró que no era la primera vez, ya que el año pasado, precisamente en la etapa de vacaciones, hizo un cuadro parecido. He querido citar este ejemplo porque, a pesar de lo sucedido y mis recomendaciones de darle seguimiento psiquiátrico a la misma, la familia no ha tomado ninguna medida con relación a un hecho de tal magnitud. Simplemente, terminadas sus vacaciones, regresó a su país, donde tampoco su madre ha hecho conciencia del riesgo que se corre con su hija en estas condiciones. P

Buena zapata

“Es semejante a  un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida”. Mateo 7: 24-25* Partiendo de este texto bíblico quiero enfocar la importancia de sentar bases profundas y bien estructuradas para el desarrollo de un individuo. Los primeros seis años de vida son la base fundamental del desarrollo psicosocial. Es desde el momento mismo del nacimiento, donde nosotros como padres debemos empezar a tener sumo cuidado, para que en el futuro esta vida haya tenido una base adecuada. Por ejemplo, lo primero que el niño demanda es succionar, ya que con esta se inicia la primera etapa del desarrollo, y si vemos, esta necesidad incontrolada buscan llenarla a cualquier hora del día o de la noche. Es la primera parte, donde necesitamos ir moldeando y adecuando las horas para su alimentación. Y para los padres que en estos momentos se encu