Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2011

Se podrían evitar

Por generaciones hemos escuchado que “el dominicano pone candado después que le roban”, convirtiéndose en una manera coloquial de definir la actitud que asume la gran mayoría de las personas en su vida cotidiana. Hace tiempo frecuentaba un banco donde, entre el escritorio de la persona donde yo solía ir y la de al lado, había una especie de desnivel y cordón grueso. En más de una ocasión fue elemento de tropiezo para muchos, incluyéndome a mí, que tuve que sostenerme fuertemente para no caerme. Ambas jóvenes se quejaban de los frecuentes tropezones ocasionados por éste. Un día cualquiera, llamo por teléfono y pregunto por una de ellas, me informan que está bajo licencia médica por una caída en el mismo lugar que le provocó, aunque parezca exagerado, una fractura en el coxis por la cual tuvo que permanecer varios meses en proceso de rehabilitación. Accidentes de este tipo, que a veces son funestos, podrían evitarse con simplemente precaver. Vemos a diario grandes catástrofes donde se pi

Relleno

6:00 am, suena el reloj despertador con lo que se anuncia el inicio de la faena del día; Mary tiene que vestirse, tomarse un vaso de leche o nada (no hay tiempo), salir corriendo para el colegio, donde permanece hasta la 1:00 de la tarde; le recogen (con prisa, ya que mamá o papá debe regresar al trabajo) para llevarle a la casa, tragar un almuerzo rápido, ponerse otra ropa (sin bañarse a veces) y dejarla en clase de piano(o cualquier otra actividad). Luego, con un taxi contratado, le recogen para dejarla en la clase de inglés, donde permanece hasta la hora de salida de uno de los padres que la busca para volver de nuevo a casa, pero antes es necesario comprar algo en el supermercado para la cena, con esto evitar tener que volver a salir otra vez. Ya son más o menos las 7:00 pm cuando nuevamente vuelve a casa, pero tiene pendiente las tareas del colegio que incluye un trabajo que hay que salir a imprimir; pero, hay que cenar, descansar y compartir con los demás miembros de la familia.

A favor nuestro

La convicción de que para erradicar los males sociales es necesario fomentar familia sana, cuyas bases cada vez más se solidifiquen, no es solo de los que trabajamos conducta en República Dominicana. En más de una ocasión, en los medios de comunicación e instituciones de servicio, no solo estatales, sino a nivel general, están más que preocupados por ciertos eventos, los cuales se hacen más frecuentes cada día en nuestro país. Pero parece, en virtud de la experiencia que acabo de tener en Puerto Rico con un experto en conflictos, que no es solo nuestro. La iglesia ha manifestado abiertamente su preocupación por los niveles a los cuales ha llegado la delincuencia, sobretodo juvenil, en nuestra sociedad. Recientemente acabo de tener una reunión en Puerto Rico con una de las personas que se encarga de mediar y evaluar en la corte para la toma de decisión de tutela de los niños a la hora de quien debe o no quedarse con los mismos al momento de la separación de los padres. Doctor en psicolo

Algo sucede

En días pasados el Dr. César Mella escribió acerca de una conferencia emitida por él a jóvenes de clase media-alta, donde se dio cuenta de cómo una gran cantidad de estos pretende estudiar fuera del país tan pronto termine el bachillerato. Hace mucho tiempo vengo cuestionando, precisamente por los amigos de mis hijos, cómo también en este otro círculo la gran mayoría, aunque ya graduados de la universidad, tienen las mismas pretensiones. Muchos de ellos ya han salido a estudiar e, inclusive, no han querido regresar y han preferido quedarse trabajando. Conozco una joven la cual fue a hacer una especialidad de un año a Italia, y decidió por igual buscarse un trabajo, y allí se quedó. Este último caso, donde no existe ninguna necesidad económica que la motive a tener que emigrar, por el contrario, tiene muchas puertas abiertas por las cuales entrar. Sin embargo, recientemente acaba de escribirme reafirmando que no quiere regresar. Si lo enfocamos desde el punto de vista de la falta de opo