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Mostrando entradas de marzo, 2012

Frenar

Los avances tecnológicos de los cuales disponemos en estos tiempos nos permiten mantener contacto permanente, independientemente cuan distante sea el lugar donde nos encontremos. Se puede afirmar que vivimos en la era de la tecnología y mayor avance de la ciencia en todos los ámbitos. Sin embargo, esos mismos que tienen la capacidad para romper distancias, antagónicamente, están logrando cada vez más un alejamiento en las relaciones interpersonales. Si te limitas simplemente a observar en cualquier lugar que llegas, te darás cuenta que, de diez individuos, siete u ocho se encuentran sumergidos en su propio mundo, ya que por lo general su atención está centrada en uno de estos pequeños aparatos que se están dando el lujo de llevar a los humanos e irlos convirtiendo en seres robóticos. Ahora bien, el más perjudicial de los usos dados es valerse de estos medios para, a través de ellos, aprovechando su alcance, emitir juicios y criterios para destruirse unos con otros de manera

¿Y entonces?

Sin pretender enviar a nadie al paredón, ni mucho menos, porque esta persona haya cometido actos que en algún momento empañen su moral; no puedo dejar pasar por alto en mis papeles de mamá, psicóloga y persona que asume cada semana una responsabilidad con un medio como este, de llevar mensajes que contribuyan a un mejor manejo de la sociedad; en cuanto al recibimiento hecho a una artista internacional, a la cual se le da el mérito de “Huésped Distinguida”, persona, que por el contrario, ha estado involucrada en grandes escándalos internacionales, y que, como persona pública, todo el mundo conoce. Estamos trabajando en el rescate de valores morales y éticos para nuestras familias y sociedad, independientemente de dónde nos encontremos. Una de las cosas de mayor preocupación a iglesias, medios, familias es precisamente ayudar a rescatar esa distorsión de valores. Es totalmente contradictorio a la lucha que estamos llevando a favor de estos, respuestas de este tipo que, enton

A ti

En la formación de mi familia, una de las cosas en las que les he insistido es en no necesitar aplausos de otros para ellos reconocer su verdadero valor. Hacer las cosas a la excelencia, como dice la biblia, he tratado de enseñarles, independientemente de si son o no reconocidos. De pequeña, mi hija mayor siempre traía notas excelentes. Claro está, le felicitaba por sus logros, pero le pasaba la mano diciendo: “Siempre trata de dar lo mejor donde quiera que estés.”. Hoy día me ha dicho que, en la empresa en la cual está, cuando entiende no es reconocida alguna labor importante ejecutada por ella, recuerda mis palabras de siempre y se conforta y motiva, entendiendo que siempre debemos hacer todo a la excelencia. El ser humano, por naturaleza, tiene la tendencia, consciente o inconscientemente, de esperar el reconocimiento de los demás cuando entiende ha hecho una labor meritoria, ya que por lo general, desde niños se enseña de manera constante a buscar aprobación o aceptación

¿De qué vale?

La semana pasada fui invitada a almorzar por una familia, la cual, desde que sus dos hijos terminaron el bachillerato, los enviaron a estudiar a dos de las mejores universidades de Europa. Hace apenas dos meses, el mayor, quien acaba de cumplir 25 años, regresa al país a trabajar en una institución internacional contratado directamente desde allá. Mientras almorzábamos y después de esto, este brillante profesional, quien muestra una educación impresionante, expresa los valores con los cuales fue educado aquí en su familia; alargó la sobremesa, haciéndome tantas preguntas, sin saber hasta donde estaba yo aprendiendo de él. De las cosas que le interesaba conocer, la mayoría tenía que ver con la manera de cómo llevar una vida con el menor estrés posible, mostrando su necesidad de aprovechar ese tiempo que estuvo fuera de su hogar (trata por lo general en su tiempo libre de estar con sus padres), enfatizando cómo sus compañeros tienen buenos trabajos en diferentes países y, a la

Rescate

Aprovecho cuando estoy en una fila o en un lugar público para mirar las expresiones de los rostros de aquellos que me rodean, tratando de encontrar manifestaciones de alegría o gestos afables. Es sorprendente encontrar que la gran mayoría, no solo quiere evitar la mirada con el otro, sino más bien como si estuviese a la defensiva por si acaso a alguien se le ocurre equivocarse. Entras a una sala, das los buenos días y, los pocos que te responden, lo hacen entre dientes y hasta sin levantar la cabeza. Para colmo, como si fuera un decreto, todo el mundo lleva entre sus manos una cajita negra, que se llama celular, en la cual centran su atención, dándose la oportunidad de no saber quien se encuentra a su lado. ¿Dónde está aquella característica principal, con la cual nos identificábamos nosotros para aquellos que nos visitaban, y se llama sonrisa?, ¿Qué nos pasa que, sin darnos cuenta, la hemos cambiado por quejas, frustraciones, ira, contienda? No sé si es mi propia experien

Constante búsqueda

Esta semana, por primera vez, les traigo un tema que escribí y fue publicado en el 2009, pero dadas las experiencias vividas en los últimos días con pacientes con manifestaciones de tipo psicosomáticas, especialmente jóvenes, considero será de gran provecho para muchos. “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero…” 1 Timoteo 6:10 En nuestra sociedad, el dinero es la raíz principal de la mayoría de nuestros males, empezando por los problemas generados dentro del marco familiar, en el cual ocasiona grandes conflictos entre sus miembros. Paradójicamente, entre el pobre, que nunca tiene suficiente, y el rico, que desea tener más, hay un elemento en común: ambos dedican todo su afán en busca del mismo. Quiero enfatizar la forma que usamos la mayor parte de nuestro tiempo, tratando en el día a día, y dado el alto costo de la vida, buscar cada vez más la manera de aumentar los ingresos. Especialmente entre los jóvenes, los cuales quieren todo “microondas” y viven,

Sin importar el lugar

El pasado domingo recibí un correo de una señora, quien me pide le oriente acerca de la agresión de género con un vecino. Ella, la cual vive con su hija de 13 años, tiene esta problemática desde hace alrededor de cinco años; inclusive, ha ido a la fiscalía, y se le han puesto dos órdenes de alejamiento. No obstante a esto, principalmente por ser una madre sola como ella sostiene, no ha cesado en amenazas de manera constante, hasta con arma de fuego. Narra que, en diciembre de este año que recién termina, al llamar la atención a un hijo de este, fue agredida físicamente; y a su hija, en más de una ocasión, le ha agredido verbalmente, lo que ha traído como consecuencia una angustia y un miedo permanente en la niña, que no quiere ni salir sola fuera de su casa. Casos, como este, se han vuelto comunes en la cotidianidad de muchas familias, las cuales, a parte de las situaciones que uno debe de manejar dentro del hogar, tienen la carga emocional de la aprehensión de su persona

Retroceso

Los avances tecnológicos logrados hasta el día de hoy, específicamente en el área de la comunicación, han permitido romper todas las barreras que impedía llegase una información de un lugar a otro, de forma tal que, un evento ocurrido en el lugar más recóndito del mundo, puede ser difundido en el mismo instante que este se produce a toda la humanidad. Grandes hallazgos científicos se han logrado en todos ámbitos del saber. Sin embargo, la conducta que presenta el ser humano, donde sus manifestaciones, paradójicamente a todos a estos adelantos, son más salvajes que en la era de piedra. A veces me pregunto, quiénes se cuidan y protegen más, los animales de una misma especie, que habitan en una jungla, o nosotros, considerados “humanos”. Los cuestionamientos hechos por todos los que manejan estos mismos medios de comunicación y conducta humana en general, indican que, por mucho que se busque, cada vez se hace más difícil la respuesta de por qué tanta violencia. Ahora, en form