Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2012

Cambios necesarios

Si hay algo importante en momentos donde el día pareciere que, ya no tiene 24 horas, sino menos, y que las personas también expresan que el mismo no les da para lleva a cabo sus faenas, es tratar de poner orden al tiempo, especialmente ahora que se inicia el año escolar. Salir en las mañanas es iniciar el día con la primera dosis de tensión, ocasionada por la cantidad de vehículos, los cuales salen a la misma vez, y tarde. Por lo que es buena ocasión para empezar en los hogares a establecer una serie de medidas que ayuden a evitar la angustia que genera diariamente llevar sus hijos a la escuela. En primer lugar, hay que considerar, independientemente de si son pequeños o adolescentes, la hora en que la noche anterior todos en casa se preparan, no solo para acostarse, sino tratando de dejar listo todo aquello necesario para la faena del día siguiente. En el caso de los adolescentes, suelen acostarse tarde, razón por la cual en la mañana están con sueño y cansados, lo que

Alta peligrosidad

El día 18 de este mismo mes aparece en los medios una noticia, la cual no ha sido de gran relevancia, dados los altos niveles de violencia en los últimos tiempos. Un oficial, a raíz de un accidente de tránsito de él con otro vehículo, en el cual no hubo víctimas, baja e inmediatamente, usando su arma de reglamento, se da un balazo en el cuello que le llevó a la muerte. En uno de los medios que revisé ese día, buscando datos sobre la noticia, hacía mención de haber obtenido por fuentes externas que, dicho oficial, padecía trastornos de tipo depresivos. Conozco un caso en particular de una familia en la que el cónyuge es paciente bipolar desde hace mucho tiempo, pero, como es un empresario, tiene un arma de fuego, la cual solo usa guardada en su hogar. Sin embargo, una madrugada hace unos años, se despertó su esposa y lo encontró sentado en el balcón, “simplemente mirando el arma”. Desde ese instante hasta la fecha, aunque no es mi paciente, le sugerí a ella convencerle de n

Aceptar

“Mi familia dice que soy alcohólico, pero eso no es verdad; ya que, cuando no quiero, no bebo”, “No soy un fumador, ya que solamente me fumo dos cigarrillos, y a veces uno solo por día. Y por lo general lo hago antes de acostarme.”, son expresiones comunes de la gran mayoría de individuos que no aceptan la realidad de haber caído en la trampa de algún tipo de adicción. Existe una problemática común, alimentada por los medios de comunicación, y que, sin embargo, en su mayoría no es vista como problema, y es la necesidad permanente de querer comprar cosas que por lo general no son necesarias. Esta condición es más frecuente en mujeres, y la misma acarrea problemas dentro del entorno familiar. La necesidad permanente y el impulso a comprar cualquier cosa son elementos a tomar en cuenta, ya que estos son lo primeros síntomas de este trastorno psicológico, el cual no es considerado como tal en casi todos aquellos que lo tienen, porque aparentemente no hace daño. Son muchas la

Advertencia

Llegar a la casa después de una faena de todo un día y, de forma autómata, ponerse cómodo y encender el computador para revisar correos, y luego, entrar a las redes sociales se ha convertido en un estilo de vida para la gran mayoría de personas, sin importar edad. Es probable que por las ocupaciones de trabajo apenas haya podido comunicarse con su familia (llámese esposo(a), hijos, etc.); no obstante, penetra a un mundo el cual está logrando cada vez más y silenciosamente una separación entre los miembros de su propio hogar. Todos comparten un mismo techo, están diariamente juntos, pero invadidos de forma permanente por la “comunicación” moderna, la cual se ha encargado de convertir a cada uno de los miembros en un ente separado. ¿Y entonces, qué está pasando, si vivimos la era de la comunicación? Recuerdo una familia que por las noches, dados los apagones de energía eléctrica, y solo había luz en la parte de abajo con una lámpara de gas propano que iluminaba todo el ent

Invertir en vacaciones

Invertir en estos tiempos, en los cuales cada vez son mas inciertos los pronósticos de riesgos, es difícil. Cuando haces una inversión, no importa el monto, tu tienes una gran disyuntiva si será o no exitosa la misma. Quiero plantearles la mayor inversión que podemos hacer, y la única en la cual solo se obtienen ganancias y es la de “tiempo a nuestros hijos”. “No tengo tiempo” es una respuesta emitida frecuentemente entre conyugues, padres a hijos, amigos, para justificar la ausencia de calor y afectividad demandada entre las personas. Expresión esta que a veces percibo como sinónimo de “soy importante”, la cual nos lleva a nosotros mismos a minimizar muchas veces las cosas que verdaderamente necesitan nuestro tiempo como son, nuestros hijos. Estamos en vacaciones y a los padres con hijos en edades escolares se les vende una nueva necesidad, ¿donde llevaran a sus hijos? Creo este es momento propicio para en vez de tener que buscar más ingresos para enviarlos a campamen

De mucha importancia

En reiteradas ocasiones he traído la necesidad y urgencia, ante los eventos vividos a diario y que preocupan a todos los sectores sociales, de atender la he importantizar el cuidado y tratamiento de la salud mental. En esta misma semana apareció como titular que más de tres millones de dominicanos padecen de la silenciosa y peligrosa enfermedad “Hipertensión Arterial”. Sin embargo, también sostienen que una gran cantidad de la población desconoce padecerla, y otros tantos, aun diagnosticada la misma, precisamente porque a veces no da síntomas y en algunos casos son muy leves, no dan seguimiento a las indicaciones dadas por el especialista en el área. Ante los trastornos emocionales y psiquiátricos la situación es aun peor, en vista de que todavía en estos tiempos existe el estigma de que aquel que va a uno de esos especialistas está loco. Existe una negación, especialmente dentro de las familias, de aceptar que cuando uno o más de sus miembros atraviesa problemas conduct

Enemigos invisibles

Años atrás, dada la “precariedad de la comunicación”, en virtud de que no todo el mundo tenía teléfono en la casa, los domingos se convertían en importante punto de reunión de hogares, en espera de una simple llamada telefónica que haría la madre, el padres o el hermano que vivía, por ejemplo, en Estados Unidos. Ese día era fijado y esperado por todos para comunicarse con ese ser querido que por una serie de circunstancias no se encontraba presente en el país. Gran paradoja es la sociedad hoy, donde todo el mundo tiene un teléfono y, aún más, sistemas sofisticados a través de los cuales en los momentos que se habla pueden verse los rostros a través de una pantalla; sin embargo, como nunca antes, se ha roto la comunicación afectiva entre los individuos, especialmente los que comparten un mismo techo. Es la era en la cual no hay tiempo para hablar, pocos momentos disponibles para que alguien escuche lo que quizás hace día uno de estos mismos que cohabitan “juntos” necesitan

Colegios y Padres

Aprovechando el término del año escolar, quiero destacar una situación que considero es de vital importancia tanto para padres como para los educadores. En reunión con la directora y la encargada de disciplina de un centro escolar con un muy buen nivel de enseñanza académica y formación personal en el estudiante, esta me pidió que hablase de lo que se ha convertido en ocasiones en un conflicto para los colegios: los acuerdos entre asociaciones de padres y estatutos y normas de dicho colegio. En ocasiones, sostiene la directora, le es más difícil ponerse de acuerdo con los padres que con los propios estudiantes, ya que estos muchas veces son más receptivos que sus tutores. Una situación específica con la que dicho centro ha tenido dificultad ha sido en lo que se refiere a las actividades pro-graduación, las cuales además de ser una responsabilidad, implica exponerse a riesgos como la pérdida del control de las mismas. Como madre, entiendo la dificultad de educar ya que si

Inversamente proporcional

“El corazón alegre embellece el rostro, pero el dolor del corazón abate el espíritu.” (Proverbios 17:22) Debe haberte sucedido que, un día cualquiera, sacas del closet una ropa, la cual te has puesto innumerables veces; te la pones y no te miras mucho al espejo, y donde quiera que vas te resaltan tu belleza. Pero, en otra ocasión, te esmeras, tratando de arreglarte porque quieres verte bien, y el primero que desaprueba como te ves frente al espejo eres tu mismo. El cuidado personal y, más que cuidado, lo que yo llamo el “culto a la belleza” es una característica muy resaltada en la sociedad de hoy. Se pretenden tener cuerpos perfectos, rostros perfectos, cabelleras perfectas; de forma tal que, tanto hombre como mujeres, en ocasiones ponen en riesgo hasta su propia vida. Es saludable y característico en personalidades sanas cuidar el aspecto físico. A mis hijos les he repetido siempre que el descuido personal es una de las características que se hace presente en algunos

Actitudes favorables

Hace unos meses, me comentaba un empresario acerca de las medidas que había empezado a tomar ante la problemática que está atravesando el mundo y la República Dominicana. Una de ellas ha sido cambiar la costumbre de comprar vehículos de lujo por vehículos de uso común. Continúa diciendo: “El último que tuve lo cambié a los seis meses por sentir, al pararme en una luz, que daba bofetadas a todos esos vehículos en deterioro que estaban a mi lado, y aún más a los transeúntes, sudados y cansados, en espera de en qué moverse.”. Se habla permanentemente de buscar alternativas que permitan detener los altos niveles de delincuencia y criminalidad, los cuales vivimos. Reiterativamente, he sostenido que los males hay que combatirlos entre todos y, por tanto, el aporte debe ser también de todos. La medida tomada por este señor, a mi en particular, me fue de gran impacto, pero más aun lo fue, hace más de un año, la negativa de su esposa de aceptar un vehículo de mucho lujo, y más qu

El alma humana.

Al nacer mi segundo hijo, siendo yo muy joven, ingresé a trabajar a mi casa a Elena, una muchacha quien lucía dulce, tranquila, con un alto cuidado de su higiene personal y una gran dedicación, desde el primer momento, al hacer las cosas que yo le había encomendado. Su único defecto, porque todo lo hacía excelente, especialmente cuidarme a mi que estaba operada de cesárea y con un bebe recién nacido, era que, desde las primeras dos semanas, solía pedirme un permiso los jueves, con la excusa de que tenía que ir a ver su niño, y regresaba muy temprano de mañana. Se volvió costumbre, una o dos veces por semana, después de dejarme hasta la cena lista temprano de la tarde, vestirse muy bien e irse a su "casa". Por algo que no voy a citar, que observé en una de sus salidas, empecé a sospechar que algo extraño y oculto había en la vida de Elena. Una mañana, en la cual me desperté antes de las seis y miré desde el balcón (vivía en una cuarta planta), la veo venir precisa