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Mostrando entradas de noviembre, 2012

Necesidad de cambio

Casi todas las mañanas, llegaba a casa de mi madre un señor de tez oscura, estatura pequeña, delgado, a saludarla. Cosa esta que era habitual en las personas de mi comunidad en aquellos tiempos cuando vivía en mi pueblo. Lo que siempre recuerdo, y lo he dado de ejemplo, es su sonrisa y contagiosa alegría al extenderte su mano, con la cual te apretaba y sacudía dos o tres veces la tuya, diciendo: ¡Bien, bien, bien! Lo grande del caso es que Ovelio (así se llamaba), quien vivía de un pequeño conuco, cuyas cosechas muchas veces le escuché decir que se perdieron, no tenía hijo, ni belleza física, tampoco dinero; no obstante, cuando llegaba, dejaba a su paso, hasta en mí que era una niña pequeña, esa ráfaga de bienestar y confort con la vida que llevaba. Vi pasar los años, ya yo adolescente, y este hombre mantenía siempre esta misma actitud ante la vida. En ocasión le pregunté lo siguiente: ¿Usted nunca tiene problemas, que siempre le veo tan feliz?, a lo que respondió: No,

Momento para contagiar

Está demostrado científicamente cuán importante es para la salud el estado anímico de las personas. Cualquier situación que enfrentemos en nuestras vidas, pérdida de un ser querido, problemas económicos o de salud, etc.; enfrentarlas adecuadamente va a depender del manejo de nuestro estado de ánimo. La experiencia de al salir en la mañana, al poner tu luz direccional o atravesar una calle a pie, alguien te ceda el paso; cuando sucede, como a veces me ha pasado, queda en mi inconsciente seguir haciendo lo mismo. Cuando alguien te da las gracias acompañada de una sonrisa, la recibes doble. Es más, a veces, sin hablar, con sólo sonreír, entre comillas se ha dicho todo. Si nos proponemos cada día tratar de cambiar la actitud de hostilidad, autodefensa y agresividad, por sonreír y alegrar a aquel que muchas veces demandamos sus servicios, podemos ser altamente contagiosos de alegría. Sé que es difícil, pero cuando alguien te falta el respeto con una respuesta inadecuada, y tú,

¿Dónde te ubicas?

Vemos cómo personas comunes y corrientes, sin preparación académica, manejan sus vidas y logran equilibrio en ellas. Inversamente, otros, siendo grandes intelectuales, facultados con todo tipo de conocimiento; en el día a día son un desastre y, más aun, quienes les rodean no entienden cómo siendo tan “inteligentes”, a la hora de enfrentar situaciones de conflicto, les es difícil encontrar salidas adecuadas para la solución de las mismas. Normalmente se cree que los intelectuales, como tales, deben estar dotados de capacidad para manejar las cosas sencillas del día a día y, más aun, cuando aparecen situaciones fuera de control, las cuales implican asumir posiciones, decisiones y, a veces, a partir de ellas, transformaciones en sus vidas y entorno, especialmente familiar y laboral. No obstante individuos simples y sin ningún tipo de preparación intelectual, durante años, los eventos acontecidos a su alrededor, los han enfrentado convirtiéndolos en experiencias para ayudar a

Difícil de aceptar

De niña tuve la experiencia de ver cómo la vida de Doña Carmen, mujer fuerte y de carácter, con estatus en su comunidad, es transformada. A no más de un año de perder su esposo a causa de una enfermedad, su hija de 17 años, un domingo cualquiera, al salir de la iglesia tiene un accidente, perdiendo la vida instantáneamente. Detrás de esto, par de años después, el mayor, estudiante de término de medicina; al caerse en el baño por un aparente desmayo, lo ingresan y, pasadas dos o tres semanas, fallece por una complicación hepática. Posteriormente a esto, el otro hijo, el cual era obeso; por un simple cálculo renal y esconderlo, para no preocupar; con veinte y tantos años, quien a veces se levantaba de madrugada a inyectarse a la clínica del dolor, se le dañan ambos riñones, y también fallece. Estas pérdidas de sus seres queridos, transforma a Doña Carmen en una mujer depresiva, enferma; la fortuna heredada (fincas, carros, casas), la pierde, ya que su refugio se concentró e

Como si fuese poco

En más de una ocasión, a través de este medio, hemos señalado los problemas emocionales presentes en un gran número de individuos, los cuales ni consideran tenerlos, razón por la cual no buscan ayuda profesional para un manejo adecuado de los mismos y con ello evitar consecuencias que repercutan de forma negativa para la familia y la sociedad. A pesar de que en el día de ayer vi una declaración de que ha bajado la violencia, los eventos vividos por nuestra sociedad en todo el país, de manera especial en la Ciudad de Santiago de los Caballeros y en la Ciudad Capital, es para que la Asociación Dominicana de Psiquiatría y Psicología, conjuntamente con salud pública, empiece a dar la importancia requerida a este problema. Vemos como, en el caso de Dengue por ejemplo, Cólera y enfermedades de este tipo, nuestras autoridades asumen de manera inmediata medidas que ataquen dichas enfermedades. Sin embargo, es elevado el número de personas que por años se auto medican con antidepr

Dosis diaria

Detenerse en cualquier esquina de la ciudad capital se ha convertido en los últimos años en uno de los tantos elementos que generan a la vida cotidiana alta dosis de estrés. Mirar a izquierda y derecha, supongo es algo que todo conductor de vehículo de motor tiende a hacer inconscientemente a la espera de que le tiren un paño sucio y enjabonado, se te avalanchen dos o tres vendedores juntos, sumado a los mendigos, a veces con verdadero impedimento físico o fingiendo tenerlo; situaciones que hay que manejar hasta en horas de la noche. Lo peor es la forma agresiva y de reclamo que te hacen estos individuos de todas las edades. Quiero citar una vivencia de hace unos meses (una de las tantas que yo he vivido en estas esquinas): En el tramo de la Bolívar, entre Lincoln y Churchill, me detuve, más o menos a mitad del trayecto en vista de que había un pequeño tapón; al sentir un duro golpe en mi puerta, me asusto, y veo que era una enana que, dado su tamaño, no le veía pidiéndome

Así es

La educación es un proceso que empieza desde el mismo momento del nacimiento del niño. Toda mamá sabe que los primeros días de vida los bebés quieren comer a cada momento, dormir en el día y estar despiertos por la noche; etapa esta donde se inicia la corrección de los mismos. En este proceso es necesario ir paulatinamente haciendo horarios para alimentarles e irles acoplando a los cambios que se han operado en su vida, que hasta ahora había permanecido en el vientre de su madre. Con esto queda clara la gran responsabilidad de los padres en el desarrollo integral del niño desde su primera fase de vida, donde quedan establecidas las bases para su vida futura. Atravesamos momentos críticos en la humanidad y en nuestra sociedad, donde es importante, como nunca, el papel que desempeñan los padres para el cambio social. Pretender responsabilizar a las autoridades de todo lo que acontece en nuestro país, entiendo es un mecanismo hasta de disculpa de las familias que no han ente