Cuestión de actitud
El domingo, a las 10:00 de la noche, mientras salía de la iglesia a la cual asisto, alcancé a ver a un señor, el cual no tenía piernas, arrastrarse por medio de una patineta, utilizando ambas manos, las cuales protegía con unas chancletas de goma y que forman parte de su medio de transporte. Impactada, detengo mi vehículo, bajo, y al acercármele, tratando de brindarle ayuda, levanta su cabeza y me saluda con firmeza y seguridad diciendo: aquí, desviándome a la cera, no se asuste, es que hay un lado malo que no me permite moverme y tengo que tirarme a la calle, siempre lo hago. Le digo: usted necesita una silla de ruedas para moverse, y enfáticamente me dice: jamás, yo tengo una, pero me invalida; sin embargo, con esta patineta, soy un atleta, estoy mejor que tú, tengo la presión de un niño. Sonriendo me dijo, ¡muchacha!.. a mí no me gana nadie. El sentimiento de pena que me aproximó a este individuo, se transformó en una enseñanza para mí, por su seguridad y aceptación, más que manife