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Mostrando entradas de abril, 2014

¡Qué privilegio!

Por demás está decir, para los que habitamos en esta pequeña isla, que somos  un pueblo de un alto valor cristiano, donde hombres y mujeres, sin importar nivel cultural o social, viven la fe cristiana. Para aquellos que han tenido la oportunidad de visitar otras naciones, por ejemplo  el continente europeo,  habrán notado  cuán escépticos son los individuos en cuanto a lo espiritual. Entienden que es una especie de mecanismo de defensa de los pobres y aquellos con falta de intelectualidad para evadir su propia realidad. Tanto es así, que fue considerada la religión (aunque el Cristianismo no es una religión) como el opium de los pueblos, o lo que es lo mismo, una forma de buscar cómo vivir la realidad. Sin embargo, en nuestro país tenemos la oportunidad y la bendición de vivir en una sociedad donde desde el más alto nivel, que es nuestro Presidente, clase intelectual y profesional, hasta el que vende frutas en una esquina, no solo busca de Dios y cree en Él, sino que da gracias en

Me pregunto...

En días pasados, recibí un video, de tantos que le llegan a uno, que fue de gran impacto para mí. Un niño, que por su voz no parece tener más de seis años, cuestiona las implicaciones y cambios que trae la vida, a partir del momento que llega la mayoría de edad; no entiende por qué los adultos pierden la sonrisa, andan preocupados, la mayor parte de su tiempo se la pasan buscando dinero y más dinero para comprar cosas y que, una vez obtenidas, para nada parecen servirles porque siguen con los rostros endurecidos. Se hace una serie de cuestionamientos de hasta dónde es mejor quedarse niño que entrar y montarse en el “tren de los adultos”. Cada día las personas se enfrascan en más tareas, las cuales les roban no solo lo que analiza el niño, sino que acaparan todo su tiempo, sin que apenas puedan disponer del mismo para las personas cercanas, especialmente su familia. Si te sientas a conversar, por ejemplo, con jóvenes, te darás cuentas que por lo general estos han perdido la costumbr