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Mostrando entradas de marzo, 2010

Sana reflexión

Durante días tenía pendiente llamar a una señora, la cual conozco desde hace más de una década, pero hace alrededor de dos años había perdido el contacto con ella. Decido pasar por su casa, ya que telefónicamente no la había podido contactar. Al verme puso de manifiesto que le alegraba que yo la tuviera presente. Fue verdaderamente asombroso el escuchar todas las dificultades y problemas graves de salud de su esposo por las que pasó esta familia. La exclamación inicial de dicha señora fue: “¡Ay Grecia, cuánto hemos pasado!, pero estamos vivos”. Dada la condición en la cual cada uno de nosotros vive el día a día, existe la tendencia a descuidar la relaciones entre las personas, y no se si a ustedes al igual que a mí, cuando tengo una experiencia como esta siento una especie de cargo de conciencia por lo mucho que descuidamos a los demás. En esta fecha se celebra un tiempo, el cual es precisamente un llamado a reflexión, y una oportunidad para aquietarnos, y sobre todo, si

Convive con nosotros

En nuestra sociedad tenemos, entre otras cosas, una condición que difícilmente pueda darse en muchos países del mundo, y es, en nuestros hogares una persona, en ocasiones, varias, que nos ayuden en los quehaceres diarios de la casa. Pareciere como si llevar a alguien extraño a nuestra casa, la cual a veces recibes, le das una que otra instrucción, tienes que irte, dejarla, no solo en la intimidad de la familia, sino, con lo más preciado y valioso que hay aquí dentro, que son nuestros hijos. Cada vez se hace más difícil contratar un servicio doméstico con las condiciones que necesitamos para desempeñar la función requerida. Por ejemplo, si necesitas una persona para cocinar, lo que más cuenta para la gran mayoría es que sea buena cocinera, claro está, se piden referencias de trabajos anteriores. Por igual, si es una niñera, que haya trabajado anteriormente, tenga experiencia con niños, y sobre todo, que esta tarea tan delicada la realice de la mejor manera posible. Que

Dos ejemplos

Durante veinte años he tenido la oportunidad de compartir con una hermosa familia, integrada por la pareja y tres hijas, cuyas edades hoy son: 28, 27 y 26. La mayor compartió el colegio con mi hija hasta llegar al término del mismo, esta fue la razón original por la cual los conocí, no obstante hemos prevalecido con una hermosa amistad que me ha permitido ir conociendo el desenvolvimiento de la misma. El padre, que durante más de treinta años ha logrado ser un empresario próspero con el apoyo de su esposa y sus tres hijas. Desde pequeñas, aun estas fueron educadas en un colegio de clase media-alta y vivieron siempre en un sector de igual condición, las mantuvieron integradas al negocio de la familia, el cual se encontraba nada más y nada menos que en Villa Consuelo. Quizás otros padres, por ser niñas las hubiese mantenido distantes de la empresa, en cambio, no solo las involucró, sino que las preparó para conducirse en el mismo, siempre cuidando que no saliesen a la calle,

Un elemento importante

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor…” (Efesios 4:2). Lo que el apóstol Pablo plantea en esta cita, con la cual quiero empecemos la reflexión de esta semana, es llevar una de las cosas más necesarias para la convivencia de unos con otros, y es precisamente la necesidad de tolerancia. Pero no solamente exhorta a la Iglesia de Efeso (y por ende a nosotros) a soportarse, sino también, a hacerlo en amor. En los últimos días he tenido que intervenir en diferentes familias en crisis y verdaderamente el punto común de los conflictos entre sus miembros, especialmente entre cónyuges, ha sido la incapacidad de aceptarse cada uno tal cual es, y mucho menos tratar de llegar a acuerdos respetando los diferentes puntos de vista. Son muchas las razones, que ya saliéndonos del entorno familiar, han ido volviendo intolerantes a las personas en sus relaciones interpersonales, ya que todo el mundo quiere y cree tener la razón, y casi nadie acepta estar