Postura adecuada
La familia nuclear, formada por mamá, papá e hijos, es cada
vez más cambiada por aquellas llamadas monoparentales,
las cuales son dirigidas por solo uno de los progenitores. Este cambio es
producido dado el alto índice de divorcios en nuestro país, y es
específicamente, según datos arrojados por la Junta Central Electoral (JCE),
desde el año 2008 hasta el 2012 de 87,010 divorcios, para un promedio de 17,000
al año y 1,400 al mes. Dada esta realidad, a cual puede ser modificada, si se
toman medidas de prevención con programas de orientación y seguimiento a
problemas de pareja, hay que tomarla en cuenta, especialmente en el manejo que
debe darse entre padres e hijos, y entre la expareja en sí.
Si hay algo relevante para un desarrollo adecuado en la
personalidad de los hijos, es la postura asumida por los padres,
independientemente de cuál de los dos se quede con la tutela de los hijos. Por
ejemplo, si es la madre, lo que es más común en nuestra sociedad, quien se
queda con ellos, la misma debe tratar, por todos los medios, de que cualquier
problema entre ella y su expareja no repercute en forma tóxica en su conducta.
Es necesario evitar críticas que dañen la imagines de éste; y, por el
contrario, tratar siempre de mantener cercanía hacia ellos y, más aun,
involucrar de manera directa o indirecta, a la figura que ya no vive en casa.
Es común que se provoque, a raíz de un divorcio, también una especie de
divorcio con los hijos; lo que suele usarse, y esto lo vivo en el día a día con
parejas divorciadas, como arma en contra de quién está en falta.
La falta de responsabilidad económica y, en ocasiones, desligarse
totalmente en lo que tiene que ver con la manutención, es un ingrediente
nocivo, en virtud de que esto por lo general es manejado en forma inadecuada,
ya que la madre tiende a la hora de que se les exige y estas no tiene cómo
responder a ciertas necesidades básicas, como el pago del colegio o
universidad, diciendo, por ejemplo: “Es que tu papá es un irresponsable, no
sirve para nada”. Así mismo sucede cuando la tutela la tiene el papá, quien,
ante las faltas que pueda tener la mamá, suele utilizarlas en contra de ésta,
logrando con ello dañar su imagen como modelo materno.
Mantener unidad y respeto entre ambos, es la base principal
para un desarrollo integral y sano en la personalidad de los hijos.
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