Me motiva
Hace poco, tuve una bella experiencia con una mujer. Al llegar yo a un lugar, y saludar, ésta, con solo escuchar mi voz, se para y se voltea, dirigiéndose a mí con los brazos abiertos, diciendo: “¡Dios mío, Grecia, no puede ser! ¡Cuánto tiempo por volverte a ver!”, dándome un fuerte abrazo, después de casi 20 años. La identifico, y me sorprende ver la expresión de gratitud, añoranza y afecto hacia mi persona, lo cual me acongojó sobremanera. “Todos los días de mi vida te he recordado, porque, siendo yo una adolescente, me enseñaste y preparaste para lo que soy hoy. Tanto así que, aunque soy médico, me dedico al área de consejería, dirigida a los conflictos y su manejo en la etapa de adolescencia. Recuerdo, en la primera sesión contigo, junto a mis padres, una pregunta que tardé en responder y que, al final, después de una hora respondí para salir de ti (se muere de la risa, y lanza una carcajada), y fue: “¿Cuál es la parte de tu cuerpo que más te gusta?”, pero, como me rechazaba