Contaminación ambiental
Son muchas las personas que se acercan a mí expresando
cierta frustración, debido a que muchas veces salen de sus casas sin ningún
tipo de problema, y basta haber llegado al primer semáforo para que aparezca un
individuo y te tire un paño sobre el cristal del vehículo, al cual dedicaste en
el día anterior un tiempo que no sobra para lavarlo. De repente, este paño
sucio acaba estropeando todo el esfuerzo realizado. Suelo escribir
ejemplificando con nimiedades como éstas, las cuales son solo aparentemente “nimiedades”.
No obstante, se convierten en situaciones generadoras de estrés, que afectan
nuestra salud, tanto física como mental. En días pasados, mi hija, en la
intersección de la Ave. 27 de Febrero con Ave. Privada, pudo contar 18
individuos, entre los cuales habían niños menores de 10 años pidiendo; los
famosos limpiavidrios y vendedores de las más inverosímiles cosas, entre otros.
Pero, el problema no es solo cómo te invaden y arropan, golpeándote el cristal,
sino los insultos y oprobios que los mismos emiten ante cualquier negativa de
sus demandas.
Este fenómeno no es solo generador de malestar e irritabilidad, sino que en ocasiones ya ha sido detonante de violencia con consecuencias funestas, convirtiéndose, para los que salimos a las calles a los quehaceres del día a día, en un gran problema que te mantiene a la expectativa cada vez que te paras, esperando con qué te van a salir. Esto parece un problema sencillo, sin embargo, es una queja generalizada de toda la población, que no puede hacer nada, ya que la solución está en manos de nuestras autoridades, para lo que se necesita, más que una inversión, hacer valer el respeto al derecho que nos asiste a cada uno de nosotros a ser respetados. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta expresión sin muchas palabras, nos muestra el elemento principal para vivir en armonía los unos con los otros. Si hay algo que cuando sales a otro país puedes disfrutar es el hecho de no tener que lidiar, desde que sales de tu casa, con esta pandemia de invasores viales. Hacemos un llamado a las autoridades, para que, dentro de los cambios a realizar para lograr un mejor país, tomen cartas en el asunto, resolviendo esto de una vez por todas, con solo aplicar autoridad y voluntad.
Este fenómeno no es solo generador de malestar e irritabilidad, sino que en ocasiones ya ha sido detonante de violencia con consecuencias funestas, convirtiéndose, para los que salimos a las calles a los quehaceres del día a día, en un gran problema que te mantiene a la expectativa cada vez que te paras, esperando con qué te van a salir. Esto parece un problema sencillo, sin embargo, es una queja generalizada de toda la población, que no puede hacer nada, ya que la solución está en manos de nuestras autoridades, para lo que se necesita, más que una inversión, hacer valer el respeto al derecho que nos asiste a cada uno de nosotros a ser respetados. “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta expresión sin muchas palabras, nos muestra el elemento principal para vivir en armonía los unos con los otros. Si hay algo que cuando sales a otro país puedes disfrutar es el hecho de no tener que lidiar, desde que sales de tu casa, con esta pandemia de invasores viales. Hacemos un llamado a las autoridades, para que, dentro de los cambios a realizar para lograr un mejor país, tomen cartas en el asunto, resolviendo esto de una vez por todas, con solo aplicar autoridad y voluntad.
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