No es cuestión de edad
Los inicios de año traen consigo nuevas expectativas hacia metas o logros que hasta este momento no se han podido materializar. Para mi experiencia en el primer día del año 2014, visitando una pariente cercana, de esas que se sienten más que una tía, me sirvió de ejemplo y para entender que la vida es asunto de la actitud que asumimos antes los eventos que nos acontecen. Es motivador ver cómo una mujer que el 28 de diciembre cumplió sus 94 años y su cuerpo con los achaques de la edad, sumado a dolores musculares de hace mucho tiempo, principalmente por una prótesis en el hombro y otra en una de sus rodillas, no solo se esmera en atenciones valiéndose por su bastón, sino que cuando vi sus manos finamente cuidadas y le pregunto quién arregla sus uñas largas y pintadas de blanco nácar, me responde: “Nunca he permitido que nadie me las toque, al igual que mis pies. Gracias a Dios, hasta hoy soy quien las cuida. Me las hago hasta por la noche, ya que, como te das cuenta, leo sin lentes.”