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Mostrando entradas de septiembre, 2009

Libre o cautivo

Estamos viviendo la etapa donde el hombre tiende a exigir como nunca lo que es su libertad. Se habla de libertad de expresión, libertad de culto y todas las libertades, de las cuales puede disfrutar el hombre de hoy. En nuestro país, hace muchos años que hombres valientes pagaron el precio para que hoy nosotros como nación fuésemos verdaderamente libres. En nuestro escudo quedó escrito: nuestro lema: Dios, Patria y Libertad. Dios nos llama a ser libres. En la Biblia dice: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados” (Gálatas 5, 13). Por tanto, nosotros como seres humanos tenemos el derecho a ser libres, claro está, aprendiendo a hacer uso de ello sin confundir esto con el libertinaje. En medio de todas estas demandas a libertad quiero revisar un sentimiento que mantiene en cautiverio a muchas personas: el rencor. Este forma una especie de prisión, manteniendo a las personas cautivas, perturbadas y amargadas. Son muchos los individuos que llevan consigo este sentimiento, c

Cuidado con la luz amarilla

Hace unos años, me reuní con una alta ejecutiva, la que me hizo el siguiente planteamiento: “He pedido hablar contigo, porque entiendo que, dada la magnitud de mi trabajo, este me permite apenas ver mis hijos, y en estos momentos, creo que estoy perdiendo el control de los mismos”. Esta continuó diciendo: “ Entiendo que no he podido darle el tiempo suficiente a mi familia, mis hijos ya crecieron, descubro que no he controlado su circulo de amigos, siento que las cosas no andan bien”. Uno o dos años después, en primera plana de todos los periódicos, aparece el asesinato de un menor, donde uno de los asesinos era, precisamente, hijo de esta señora. Como podemos ver, los problemas de nuestros hijos surgen poco a poco, y sin darnos cuenta, permitimos, muchas veces, que estos tomen cuerpo. Cada vez son más los padres que se acercan a mí, y preguntan acerca de la mejor manera de cómo educar a sus hijos pues, muchas veces, todo lo que imponemos en nuestra familia es inverso a lo que prima en

Diseños Exclusivos

Cada día son mas las personas que “necesitan” un cambio radical en lo que se refiere a su aspecto físico. Los centros de estética se han convertido en uno de los grandes negocios de la sociedad moderna. Entiendo que, gracias a estos, muchas personas con mal formaciones congénitas, otras con problemas físicos les permiten hacer correcciones que de verdad habían marcado sus vidas. El cuidado personal, que incluye higiene, estética y peso adecuado, contribuye de manera importante en la salud mental de los individuos. Ahora bien, ¿qué sucede cuando tienes un rechazo hacia tu aspecto físico, de forma tal que quieras convertirte, prácticamente, en otra persona? Traigo esto a reflexión, en virtud de que hace apenas unos días, tuve una entrevista con una joven de treinta años aproximadamente que, conociéndola casi desde niña y dejándola de ver por alrededor de un año, la reconocí solo por el tono de voz, dada la transformación física producto de cirugías estéticas. Nueva nariz, nueva boca, nue

Revisa las etiquetas

Cuando entras en una tienda de juguetes y empiezas a buscar lo que quieres, verás que los juegos se encuentran ubicados por edad y sexo, así como también, claramente definido, en las etiquetas de los mismos. Queda claro la necesidad de ser específicos hacia que población va dirigido. Paradójicamente, los padres de hoy, pareciere como si se olvidaron de todas las exigencias que demandan a un fabricante de juguetes para el lanzamiento del mismo, y todo esto para evitar, entre otras cosas, accidentes, riesgos y peligros que los mismos podrían ocasionar en los niños. Digo esto porque cada vez son mas los jóvenes entre catorce, quince y menores de veinte años que vemos en nuestras calles en situaciones, eventos y lugares inadecuados para sus cortas edades. Pareciere como si no se percibieran peligros ocasionados por libertades para salidas nocturnas o diurnas, uso de un carro como un juguete mas con el atenuante de todos los grandes peligros que este, dado fuera de tiempo podría traer a nue

Es mejor callar

Dada nuestra condición de ser un país pequeño, fácilmente al iniciar una conversación con alguien, terminan teniendo, muchísimas personas, conocidas en común, en otras palabras, todo el mundo “se conoce”, lo que cree que le permite emitir juicios sobre el otro. He querido hacer esta introducción en vista de vivir en un país donde la privacidad, desgraciadamente, es difícil mantener. En cualquier reunión o medio, encontramos opiniones sobre la vida de una persona, donde muchas veces son emitidas por el “me dijeron”, “supe”, “he oído”, etc. Quien no recoge, desparrama. Una vez que desplumas un ave en lugar abierto, ten por seguro, que por mucho que quieras recoger, algunas plumas quedan sueltas. Esto lo vemos a diario en distintos medios, como Internet, a través del cual se difunden cosas que dañan la imagen de otros y que, muchas veces, lo difundido, carece de veracidad, no obstante, el mismo llega de manera inmediata a todas partes del mundo. ¿Qué sentirá un individuo al difamar e inju