Revisión del reloj


Publicado en el periódico El Caribe, 3 Noviembre 2009

Son muchas las veces en que decimos, a otros o a nosotros mismos, que quisiéramos sumarle horas a las 24 que tiene el día. Una de las mayores necesidades de la familia de hoy es la poca disponibilidad de tiempo que los padres tienen para dar a sus hijos, y mas aun, se vuelven más lejanas visitas a familiares cercanos (padres, tíos, hermanos, etc.), por la misma excusa de “no tener tiempo”.

Es probable que sin proponérnoslo, nos hayamos vuelto esclavos de otras cosas que nos arropan fuera del tiempo de trabajo, las cuales acaparan el espacio que podríamos darnos y darles a nuestros familiares.

Sabemos que en nuestros países los bajos ingresos y falta de seguridad social nos obligan a tener que buscar siempre y cuando sea posible, un ingreso adicional que permita subsanar la falta de recursos que permitan el sustento para nuestros hogares, así como también la preparación para el futuro.

Indiscutiblemente, el tratar de cubrir nuestras necesidades económicas ha bajado la capacidad de darnos los unos a los otros. Pero más que esto, hemos ido creando una especie de isla, tanto dentro como fuera del hogar.

Es frecuente que al llegar a casa, al final del día, tanto padres como los demás miembros, solamente habitan bajo un mismo techo, pero ninguno comparte o interactúa con el otro, ya que cada cual esta viviendo su propio mundo. Papá en la televisión, mamá en el computador, los hijos chateando o por qué no, estudiando. Llega la hora de dormir y, al pasar factura, apenas se han mirado y saludado.

No sé quién de ustedes se identifica con esta dinámica cotidiana que, al pasar revista del año, se convirtió en el día a día.

Hagamos un ejercicio que permita revisar si es que no tenemos tiempo o, sencillamente, como mucha gente hace con su dinero, lo emplean en cosas superficiales, las cuales nos han acaparado, evitando así, un manejo adecuado de lo que se llama tiempo.

“No tengo tiempo”, deberíamos cambiarlo por una frase diferente, que encaje más con la realidad como: “Mal uso el tiempo”.

¿Desde cuándo te pierdes la oportunidad de compartir en el patio de tus padres, en la casa de tu hermano, o simplemente en la habitación de tu hijo?

Grecia De León es psicóloga
grecia.portufamilia@gmail.com

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