Convive con nosotros
Pareciere como si llevar a alguien extraño a nuestra casa, la cual a veces recibes, le das una que otra instrucción, tienes que irte, dejarla, no solo en la intimidad de la familia, sino, con lo más preciado y valioso que hay aquí dentro, que son nuestros hijos.
Cada vez se hace más difícil contratar un servicio doméstico con las condiciones que necesitamos para desempeñar la función requerida. Por ejemplo, si necesitas una persona para cocinar, lo que más cuenta para la gran mayoría es que sea buena cocinera, claro está, se piden referencias de trabajos anteriores. Por igual, si es una niñera, que haya trabajado anteriormente, tenga experiencia con niños, y sobre todo, que esta tarea tan delicada la realice de la mejor manera posible.
Queremos ser bien tratados, nos hagan el trabajo con amor, se involucren en las cosas del hogar; sin embargo, en su gran mayoría, a esta persona se mantiene distante en una posición en la cual, la queremos dentro, pero a la misma vez pretendemos dejarla afuera. Verdaderamente, tener una persona en tu casa, quien se encarga de preparar tus alimentos, limpiar, cuidar tus hijos, cuidar tus cosas; es una gran tarea, la cual nosotros pagamos con dinero, pero que verdaderamente es digna de agradecer.
En días pasados, me preguntaba una joven señora: ¿qué hacer para que permanezcan contigo?, y le contesté: “dale buen trato, y sobretodo, ponte en su lugar”.
En cualquier empresa donde se solicita empleo, no solo basta con ser un buen profesional, sino, es de suma importancia el perfil psicológico del individuo. Comúnmente, al decidir quién va a trabajar a tu casa no se toma en cuenta cómo está emocionalmente la persona, si tiene una buena salud mental; pero hay algo, y es, la condición en la cual ha dejado su familia para ir a convivir con la de otro. Ejemplo: Una madre con niños pequeños que tiene que ausentarse, por necesidad de trabajar, precisamente, a cuidar niños.
Piensa, esta debe ser una cuidadosa selección.
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