Termómetro

En los primeros años de sociabilización, a parte del hogar, la mayor influencia en la vida de nuestros
hijos se da en la interacción con otros niños en la escuela, ya que, principalmente en la ciudad, no
se acostumbra salir a jugar fuera de casa. El tipo de juegos que prefieren los pequeños puede ser un
buen parámetro para ir detectando como se va formando la personalidad de estos. Es jugando como
manifiestan agresividad o ternura, solidaridad o apatía, ya que a través de de esta dinámica ellos
expresan verdaderamente sus interioridades. Otra forma genuina de manifestación de los sentimientos
de los niños la podemos ver en sus dibujos por lo que proyectan en ellos.

Por ejemplo, pedí a una niña de 8 años dibujara una familia. Al entregarme su dibujo, tenía como
contenido la madre y tres niños. Cuando hice la pregunta si no tenía papá, un poco cabizbaja y
mirándose los dedos de las manos, respondió con un “si” que parecía un “no”. Le pregunté: “¿Por qué
no lo pusiste?”, a lo que dijo: “Es que hace años no he vuelto a verle, solo en algunas fotografías, y se
me olvidó.

Aprender a evaluar los rasgos de personalidad de nuestros hijos nos permite detectar a tiempo
cualquier trastorno en los mismos. Un niño que en su dinámica de juego siempre se muestra agresivo
con los demás, que en la selección de roles siempre hace de villano, que tiene una tendencia a romper y
destruir sus juguetes o los de otros debemos empezar a tomar en cuenta qué podría estar pasando.

En estos casos es necesario buscar ayuda y orientación, pudiéndose empezar por la escuela, donde por
lo general hay orientadores y psicólogos, los cuales podrían ser de gran ayuda.

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