Cuestión de actitud

En una esquina comprendida entre dos de las principales avenidas de esta ciudad se encuentra cada día un hombre cuya actividad consiste en aproximarse a los vehículos a pedirles ayuda. Esto lo hace desde su silla de ruedas, siempre bien vestido y, por demás, ha colocado un paraguas para cubrirse del sol y la lluvia cuando es necesario; de una forma tan digna, que proyecta, paradójicamente, dentro de su condición,  estar contento y conforme con la vida. En ocasiones, bajo el cristal para saludarle y, con la sonrisa de siempre, agradece este gesto más que cuando le he facilitado una simple ayuda económica. El nombre de esta actividad es “mendigar”, pero él no lo siente así, y sé que muchas personas, hacen lo mismo que yo, saludarle cada vez que es posible.

Llevo alrededor de cuatro años como cliente de un negocio de lubricantes y servicio automotriz, donde he encontrado el ejemplo de trabajo, responsabilidad y, al igual que el ejemplo anterior, cada uno de sus miembros muestra sentimientos de gratitud y entrega por lo que hacen. 

Son muchos los individuos con posiciones de alta gerencia y dirección en importantes empresas nacionales y multinacionales que día a día, contrario a lo que acabo de describir en los dos ejemplos, no solamente están descontentos, amargados, con rechazo y críticas a su lugar de trabajo, sino con ellos mismos, al punto de llegar a estados depresivos y otros trastornos emocionales.  
Recientemente, formulé la siguiente pregunta a uno de los empleados del negocio citado: “¿Qué hace que ustedes, unánimes, día a día mantengan una conducta a través de la cual proyectan respeto, deseo de servir y hacer todo dando lo máximo?”.  Éste respondió, levantando su cabeza, con una frase corta: “Es que somos una familia”.

No basta ser alto ejecutivo, dueño de una gran empresa o tener preparación académica en universidades importantes nacionales e internacionales para que te sientas realizado en el aspecto laboral. Lo más importante es estar claro en que la satisfacción y realización en el aspecto laboral no se llenan con posiciones; sino, mira con lo que empezamos y descubrirás que es asunto de actitud. Por tanto, cierra el año agradeciendo el lugar donde estás, que es el punto de partida para seguir caminando.

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