Necesidad
Publicado en el periódico El Caribe del 20 de Octubre 2009
“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de nada tengo necesidad…” (Apocalipsis 3, 17).
Cuando alguien anda en los caminos del Señor, que no es lo mismo que religiosidad, ya que Dios es único para todos lo que hemos creído en Cristo, aprendemos a ver el mundo con los ojos de Cristo: compasivos, misericordiosos, sin juicio, pero sobretodo, Jesús siempre vio la necesidad del ser humano.
Aunque mi carrera de psicología clínica es el conocimiento de la conducta humana trato de mirar a mí alrededor con los ojos de Cristo.
Empiezo con este pasaje, pues que en ocasiones uno puede llegar a creer que tiene todo y no necesita nada ni nadie y que, por el contrario, son los demás que necesitan de nosotros. Esto crea una barrera, ya que por la misma razón, son muchas las personas que no se acercan a uno, precisamente por estar en tal o cual posición, convirtiéndose en un obstáculo para el intercambio en las relaciones interpersonales.
Resulta que todos nos necesitamos, ya que solos somos no podemos hacer nada, inclusive, en cosas insignificantes, nos necesitamos.
Frecuentemente compro aguacates en un frutero próximo a mi casa. El dueño, un joven haitiano, además de venderme un aguacate, me ofrece su alegre sonrisa, y trata de ofrecerme sus mejores atenciones. A veces tiene docenas en su triciclo, y en su confuso español, sonríe y me dice: “Aguacate no me gusta para ti hoy. No buenos”. Le insisto en comprar, pero reitera: “No, no vendo a ti. No buenos hoy”. Mi suplidor trata, no de venderme, sino darme lo mejor, cosa esta, parece, me la he ganado.
Con esta dinámica podemos ver que sí, todos nos necesitamos, y mas aun, que recibimos en la misma dimensión que damos.
Decía el apóstol Pablo: “Dar por gracia lo que por gracia hemos recibido”. Todos tenemos mucho que dar en un mundo donde hay grandes filas, aun aquellos que parecen tenerlo todo, están esperando algo bueno de ti. En tu trabajo, sin importar cual sea, en las calles, en tu familia, donde quiera que estés, trata de dar lo mejor de ti, ya que tenemos una gran responsabilidad de establecer cambios en un mundo más necesitado que nunca.
Grecia De León es psicóloga
grecia.portufamilia@gmail.com
“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de nada tengo necesidad…” (Apocalipsis 3, 17).
Cuando alguien anda en los caminos del Señor, que no es lo mismo que religiosidad, ya que Dios es único para todos lo que hemos creído en Cristo, aprendemos a ver el mundo con los ojos de Cristo: compasivos, misericordiosos, sin juicio, pero sobretodo, Jesús siempre vio la necesidad del ser humano.
Aunque mi carrera de psicología clínica es el conocimiento de la conducta humana trato de mirar a mí alrededor con los ojos de Cristo.
Empiezo con este pasaje, pues que en ocasiones uno puede llegar a creer que tiene todo y no necesita nada ni nadie y que, por el contrario, son los demás que necesitan de nosotros. Esto crea una barrera, ya que por la misma razón, son muchas las personas que no se acercan a uno, precisamente por estar en tal o cual posición, convirtiéndose en un obstáculo para el intercambio en las relaciones interpersonales.
Resulta que todos nos necesitamos, ya que solos somos no podemos hacer nada, inclusive, en cosas insignificantes, nos necesitamos.
Frecuentemente compro aguacates en un frutero próximo a mi casa. El dueño, un joven haitiano, además de venderme un aguacate, me ofrece su alegre sonrisa, y trata de ofrecerme sus mejores atenciones. A veces tiene docenas en su triciclo, y en su confuso español, sonríe y me dice: “Aguacate no me gusta para ti hoy. No buenos”. Le insisto en comprar, pero reitera: “No, no vendo a ti. No buenos hoy”. Mi suplidor trata, no de venderme, sino darme lo mejor, cosa esta, parece, me la he ganado.
Con esta dinámica podemos ver que sí, todos nos necesitamos, y mas aun, que recibimos en la misma dimensión que damos.
Decía el apóstol Pablo: “Dar por gracia lo que por gracia hemos recibido”. Todos tenemos mucho que dar en un mundo donde hay grandes filas, aun aquellos que parecen tenerlo todo, están esperando algo bueno de ti. En tu trabajo, sin importar cual sea, en las calles, en tu familia, donde quiera que estés, trata de dar lo mejor de ti, ya que tenemos una gran responsabilidad de establecer cambios en un mundo más necesitado que nunca.
Grecia De León es psicóloga
grecia.portufamilia@gmail.com
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