Complemento importante (1/2)

El esfuerzo por una “buena educación” de los hijos es un término utilizado por muchos padres cuando hablan de la selección de lo que ellos llaman un “buen colegio”. Es aparentemente sencilla la elección de una institución educativa. Sin embargo, se nos olvida que es un lugar en el cual los dejamos por largas horas en manos de quien esperamos contribuya y nos ayude con la formación de estos.
Cuando dentro de nuestra posibilidades económicas decidimos escoger un colegio, por dar lo mejor nos enfocamos en que el mismo tenga buen nivel académico, prestigio social, que sea bilingüe, y si no, que den un buen inglés; y nos perdemos en un detalle de mucha importancia, el cual podría derivar serios problemas en nuestros hijos. ¿Hacia dónde quiero llegar? Nada más y nada menos que a un punto que muchas veces no es tomado en cuenta, y es “¿Está acorde con mis posibilidades económicas dentro de nivel de vida al cual pertenezco, encaja con el desenvolvimiento y manejo de la cotidianidad en la cual vive mi familia?”.
Sé que son muchos los hogares donde se destina una parte significativa del ingreso mensual para el pago del colegio, precisamente buscando dar buena educación y preparación. No obstante, en esa búsqueda, no solo bien intencionada, sino tratando de dar a ellos quizás lo que los padres no recibieron en su niñez, solo se provoca desencajarlos y desfasarlos de su verdadera realidad social y económica.
Son muchos las familias que hoy día se manejan forzadas por las demandas económicas que vienen a ellas solamente del renglón “educación”. ¿Qué es entonces un buen colegio?, ¿Cuándo verdaderamente hacemos una selección adecuada? Es posible que estos momentos te estés haciendo precisamente estas mismas preguntas.

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