Revoluciona

Me identifico con el nuevo Papa, quien ha mostrado desde el primer momento cuál es la fuente que llena su vida cada día; y, entiendo que el mismo ha llegado a ser un ejemplo para el mundo en el momento histórico donde se necesitan hombres y mujeres que sus vidas estén fundamentadas en lo que dice la palabra que es Dios: amor. Hay una frase recién pronunciada por él, y es la siguiente: “Los propios seres humanos son considerados como bienes de consumo que pueden ser utilizados y desechados”. En esta frase queda clara la carencia de amor entre los seres humanos, llevando a este plano de, no solo utilizarse unos a otros, sino, como cualquier objeto que ya no se necesita, sea tirado en cualquier lugar, para no decir a un zafacón. Es probable que con tantos adelantos, conocimientos y tecnología se vea ridículo, cursi, entender lo que sostenía una gran mujer que he citado por este mismo medio, la Madre Teresa de Calcuta: “Todos los seres humanos, sin importar clase, idioma o religión, todos necesitan lo mismo, y es amar y ser amados”.

¿Cuándo fue la última vez que le expresaste a tu hija, hijo, esposo, esposa, madre o padre que le amas?, ¿No lo has dicho nunca?, de igual forma, ¿Has pedido que se te exprese ese amor con palabras?, como cabeza de familia, ¿eres de los que piensan que ser buen proveedor y no permitir carencias de ningún tipo en tu casa/familia es la forma de mostrar tu amor?

En la búsqueda de alternativas, soluciones y medidas para un cambio social, se debe empezar con el recurso más poderoso, con el cual no hay que incurrir en gastos económicos, al contrario, es totalmente gratuito: promulgar, como campaña principal, el amarse entre unos a otros, empezando en el seno de la familia; propiciando el amor como ente transformador de cualquier vida y, sobretodo, entre los más cercanos que cohabitan en un mismo techo, que son los miembros de una familia.  A partir de este momento, al levantarte cada mañana, inicia el día con el propósito de simple y llanamente dar muestras de amor. Una sonrisa al portero que está en tu trabajo, a la que te sirve el café en la mañana, a tu jefe que tal vez ha llegado abrumado y preocupado podría transformar su día.