Aceptar


“Mi familia dice que soy alcohólico, pero eso no es verdad; ya que, cuando no quiero, no
bebo”, “No soy un fumador, ya que solamente me fumo dos cigarrillos, y a veces uno solo por día.
Y por lo general lo hago antes de acostarme.”, son expresiones comunes de la gran mayoría de
individuos que no aceptan la realidad de haber caído en la trampa de algún tipo de adicción. Existe
una problemática común, alimentada por los medios de comunicación, y que, sin embargo, en su
mayoría no es vista como problema, y es la necesidad permanente de querer comprar cosas que
por lo general no son necesarias. Esta condición es más frecuente en mujeres, y la misma acarrea
problemas dentro del entorno familiar.

La necesidad permanente y el impulso a comprar cualquier cosa son elementos a tomar en cuenta,
ya que estos son lo primeros síntomas de este trastorno psicológico, el cual no es considerado
como tal en casi todos aquellos que lo tienen, porque aparentemente no hace daño.

Son muchas las personas que manejan esta condición, la cual repercuta en las relaciones familiar,
especialmente con el cónyuge, quien se queja de los excesivos gastos realizados por su mujer. ¿A
qué se debe?

Entre otras tantas causas que provoca la necesidad compulsiva de comprar, podemos mencionar:
carencias afectivas, estados depresivos, situaciones de frustración y vacío existencial, y se busca
llenar adquiriendo objetos que solo dan satisfacción momentánea.

Las compras compulsivas o adicción a compras es una patología que cuesta identificar, ya que
por lo general hay una tendencia femenina, característica de toda mujer, de cuidar su aspecto
personal, el aspecto de su hogar, entre otras cosas. No obstante, de ahí a comprar, a veces
sin tener recursos para hacerlo, llenando una tarjeta hasta donde no cabe y aun teniendo
disponibilidad económica, no poder aguantar entrar a un lugar donde se vendan cosas sin comprar
algo, es algo muy distinto.

En estos momentos, donde todos estamos bombardeados por las propagandas permanentes a
consumir cosas para ser “mejores”, las personas con este problema son motivadas a consumir
más.

¿Recomendaciones?
Aceptar la condición como tal; considerar en la familia lo que era crítica en su contra como un
elemento de ayuda, y entre todos elaborar plan, siendo estos el principal punto de apoyo; evitar
llevar tarjetas de crédito consigo; tratar lo menos posible visitar centros comerciales que incitan a
la compra; pero, sobretodo saber que los vacíos del ser humano no se llenan con objetos.

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