De mucha importancia


En reiteradas ocasiones he traído la necesidad y urgencia, ante los eventos vividos a diario y que
preocupan a todos los sectores sociales, de atender la he importantizar el cuidado y tratamiento
de la salud mental.

En esta misma semana apareció como titular que más de tres millones de dominicanos padecen
de la silenciosa y peligrosa enfermedad “Hipertensión Arterial”. Sin embargo, también sostienen
que una gran cantidad de la población desconoce padecerla, y otros tantos, aun diagnosticada la
misma, precisamente porque a veces no da síntomas y en algunos casos son muy leves, no dan
seguimiento a las indicaciones dadas por el especialista en el área.

Ante los trastornos emocionales y psiquiátricos la situación es aun peor, en vista de que todavía
en estos tiempos existe el estigma de que aquel que va a uno de esos especialistas está loco.
Existe una negación, especialmente dentro de las familias, de aceptar que cuando uno o más
de sus miembros atraviesa problemas conductuales, los cuales son necesarios tratar de manera
profesional.

En el caso de violencia intrafamiliar, la cual por lo general se inicia con agresiones verbales cada
vez más acaloradas, y la cuales se hacen “costumbre” dentro del hogar, es donde más se necesita
empezar a concientizar que el maltrato no debe nunca convertirse en costumbre, sino más bien,
desde sus inicios tomar este síntoma, enfrentarlo y buscar orientación adecuada para corregirlo.
Por lo general, un hecho de violencia catastrófico no nace ese día, sino que previamente, quizás
por años se ha ido incrementando esos dañinos hábitos familiares de irrespeto, maltrato físico y
verbal descuidados. Razón por la cual y desgraciadamente se llegan a extremos incalculables.

Concientizar a la población, independientemente del nivel social y económico, pero de manera
especial en clases marginadas, es la base principal para corregir y frenar los problemas de salud
mental que, se quiera o no, arropan nuestra población; sobretodo en estos momentos donde cada
persona o familia es un mundo, nadie tiene tiempo ni interés de escuchar situaciones de otros.

Verdaderamente, los trastornos psicológicos presentes en una parte importante de la población
necesitan urgente programas de concientización y ayuda. Basta salir a la calle para darse cuenta
de el deterioro emocional y angustia que muestran los individuos simplemente conduciendo
un vehículo de motor. Bocinas que te aturden, rebases temerarios, insultos, y rostros de
desesperación son señales de como andan estos sujetos. Así que hay que romper con los
prejuicios y entender que los trastornos de esta índole, como cualquier enfermedad, hay que
darles carácter.

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