Búscala


Vivir en armonía en una sociedad convulsionada, donde todos andan deprisa, salen a las calles
con un temor colectivo a ser atacados por cualquier persona. Si vas en tu vehículo o eres
simplemente un peatón, en ambas situaciones, estás expuesto a cualquier tipo de acto de
violencia en tu contra, el cual tiende a terminar en los más horrendos crímenes, como aquellos
que se han dado en los últimos meses de este año. Sentirse atrapado sin salida provoca en el
interior de las personas estados de angustia, los cuales generan efectos que enferman tanto la
mente como el cuerpo. En virtud de que este último va a reaccionar en función del control de
tus emociones.

Frecuentemente todos se hacen la pregunta, desde el más humilde obrero hasta el más alto
empresario, de hasta dónde vamos a llegar con la ola de crímenes callejeros que se cometen
cada día. Estos se producen en cualquier lugar, a cualquier hora, en cualquier clase, sin
importar la edad de la persona. Por lo general, estos actos de violencia son llevados a cabo por
jóvenes; en ocasiones, menores de edad; siendo estos últimos utilizados y entrenados para
estos fines.

“Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.” (Romanos 12:18)
“Así que, sigamos lo que contribuya a la paz y a la mutua edificación.” (Romanos 14:19)

Al leer estas citas bíblicas, cualquiera se preguntaría cómo intento yo hablar de paz con todo lo
descrito anteriormente y que es la realidad que nos envuelve.

Sí hay una parte que cada uno de nosotros puede aportar, y quiero que sirva de reflexión en
este periodo navideño, donde el lema principal siempre ha sido paz, y es contribuir a evitar
desafíos en estos momentos. Al hablar de desafíos lo que quiero señalar es salir con prendas
llamativas y ostentosas, andar a altas horas de la noche como especialmente suelen hacer los
jóvenes, bajarte de un vehículo sin tomar precaución y mirar tu entorno; a los transeúntes,
como en ocasiones veo atravesar las calles hablando por un celular; enfrascarse en discusiones
por cosas simples, por ejemplo, el paso de un vehículo a otro, que a veces son provocadas con
finalidad de agredir; dentro del hogar, con las personas del servicio doméstico, dar a conocer
gastos y uso de dinero; entre otras cosas.

Iniciemos desde ya la parte que nos corresponde y encamine hacia La Paz.

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