Dicho en Versos


“No digamos jamás la mentira
No engañemos a nuestros papás
Que no hay cosa más bella que un niño
Cuando sabe decir la verdad

Respetemos a nuestro nuestros mayores
Ocultarle una falta es error
La verdad es la cosa más bella
Donde está la verdad está Dios.”

Con estos versos del Himno a la verdad, escrito por Ramón Emilio Jiménez, se daba en las
escuelas, de una que los niños pudieran entender, una enseñanza repetida acerca de valores
morales y éticos; de manera especial, haciendo resaltar uno, que determinaría en el futuro la
autenticidad de ese niño, y es la verdad, la cual no es más que dotarle las herramientas para,
en su vida adulta, sea un individuo genuino.

Quiero señalar otra enseñanza, también cantada, con cuyo mensaje se buscaba alimentar el
amor en la familia, especialmente hacia las madres:

“Venid los moradores
del campo a la ciudad,
y entonemos un himno
de intenso amor filial:

Cantemos a las madres
la ternura, el afán
y su noble atributo
de abnegación sin par.”

Estos son apenas algunos de los cantos que, de forma permanente, se repetían en las escuelas
y colegios, motivando y facultando a los pequeños para crear y diferenciar aquello que
genuinamente debemos mantener y cuidar. Este último (Himno a Las Madre) escrito por Trina
de Moya, esposa del ex presidente Horacio Vásquez (1924-1930), aportando como madre a la
sociedad de la época.

Recuerdo que, desde el día 1ro de Mayo, era cantado por mis profesores, acompañado de
consejería acerca de lo que significa “mamá” en el hogar y en la sociedad.

Recientemente se ha publicado un libro con la Constitución para niños. Esto es algo que debe
resaltarse y valorarse, llevándolo a los hogares y, con este, los padres enseñar la importancia
de nuestra Constitución a sus hijos. Los niños aprenden jugando y cantando. Es por ello que a
través del juego, en edad preescolar se empieza la enseñanza.

En este preciso momento se pretende retomar valores familiares y sociales, los cuales han
sido distorsionados por la introducción de otros que no son de nuestra cultura, habiendo

penetrado a través de los medios de comunicación, y que han desplazado, en gran parte, de
forma sutil, los nuestros.

Pongamos, entre todos, un granito de arena, para que esas cosas resaltadas en estos cortos
versos sean incorporadas, no solamente en el niño de hoy, sino en el adulto que, sin darse
cuenta, también necesita dosificarse para ser un mejor ser humano.

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