Llegar a ser

Hay individuos que buscan, como meta principal, lograr tener grandes fortunas sin importar
los medios utilizados para ver llevado a cabo su objetivo. Otros pretenden ser grandes
profesionales, y para ello también hacen todo lo que esté a su alcance, con una diferencia, y
es todo lo que esté a su alcance dentro de los cánones de lo ético y lo moral.

Tengo ejemplo vivido con jóvenes de mi pueblo, donde sus orígenes, más que pobres,
paupérrimos, sólo les permitieron llegar a vivir a la capital en callejones. No obstante,
muchos de ellos fueron enviados en sus inicios costeados por madres lavando y planchando;
otras haciendo limpieza en casas de familia y, por qué no, trabajos rurales. Hoy día muchos
de ellos ocupan altas posiciones de trabajo, inclusive en empresas multinacionales; y otros
manejan empresas independientes.

Cuando escucho comentarios donde se hace notar la pobreza como elemento principal
para la delincuencia me pregunto cómo otros tantos, que lo han tenido todo, pertenecen a
ese mundo. La preocupación mayor de nuestra sociedad en estos momentos, a todos los
niveles, es de qué manera se puede frenar este grado tan elevado de delincuencia al cual
hemos llegado. Claro está que, a mayor desigualdad social y mayor pobreza, también habrá
mayor delincuencia. No obstante, la misma habita en estos momentos en todos los estratos
sociales. Entonces, ¿donde está la falla?

Nuestras autoridades e instituciones que se dedican a trabajo social, están haciendo todo
lo que está a su alcance para así poder frenar y corregir lo que hoy estamos viviendo.
Instituciones universitarias, inclusive empresas del sector privado están abriendo campañas
publicitarias buscando “reincorporar los valores” que desgraciadamente se han ido
perdiendo en nuestro país.

Ahora bien, quiero dejar a la mayor institución a través de la cual se puede erradicar
este fenómeno: la familia. Su principal trabajo es retomar cada día valores, normas y,
sobretodo, la enseñanza de que cada individuo no vale más o menos por lo que pueda o
no adquirir, vale simple y sencillamente por ser persona. Es a la familia, principalmente, a
quien corresponde crear (no me voy a cansar de decirlo) conciencia a sus miembros de que
no todo está perdido, de que uno a uno somos más los que queremos se mantenga nuestro
país.

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