Metas

“34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:34) Al finalizar este año, son muchas las personas que, al revisar sus proyectos de vida y metas a alcanzar, quizás descubran que no han podido lograr sus objetivos. Los cuales muchísimas veces van a depender no solo de esfuerzo, perseverancia y dedicación, sino de una serie de circunstancias que no dependen de nosotros, porque son externas, y no las podemos cambiar; más bien, adecuarnos a ellas. El versículo con el cual iniciamos nos muestra algo que, si se llevara a la práctica, sería una especie de freno al acelerador siempre puesto con el cual viven una gran mayoría de personas. El querer colocar, al día, horas extras para hacer más y más actividades es lo que a veces pienso cuando observo cómo nadie tiene tiempo disponible, especialmente para dárselo a sí mismos. Fue publicado en los medios el alto índice de enfermedades cardíacas, siendo estas la mayor causa de muerte en nuestro país. Es común ver jóvenes menores de 35 años ser diagnosticados con hipertensión, los cuales se manejan, quizás por la misma juventud, queriendo aprovechar el último minuto del día. Es como si la sociedad moderna obligase e indujese, de manera sutil y permanente, a llevar una vida casi “robótica”. El repetir “no tengo tiempo ni para comer”, “no te llamo porque no tengo tiempo”, “voy rápido porque ya estoy tarde”, “si supieras cómo es que vivo”, “este trabajo no me deja ni ir a mi casa”, etc., etc., etc. es el común denominador de una gran mayoría. Es propicia la ocasión, ahora que se finaliza un año y se inicia otro, poner en práctica otro versículo que también les voy a citar, el cual dice: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mateo 6:27), con lo que nos transmite que, en las cosas que no podemos cambiar, no logramos nada con angustias, prisa por lograrlas y, sobretodo, queriendo acelerar procesos los cuales no dependen de nosotros. Por tanto, lo único que se logra es enfermar el cuerpo, dañar la psiquis y, de manera especial, cada día acortar el tiempo que nos queda, imposibilitándonos para poder disfrutar tantas cosas que tenemos a nuestro lado, pequeñas e importantes. Pero, por nuestra ceguera, prisa y querer caminar antes de gatear solo se logra desgastarse. ¡Meta principal para el 2012: AQUIETARSE!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contaminación ambiental

Conviene a todos

Lo que a otros les falta