Población vulnerable

De gran preocupación es para toda la sociedad el alto índice de embarazo en niñas y adolescentes. Las cifras publicadas por instituciones que manejan este tipo de situaciones arrojan datos alarmantes. Se ha estado tratando el tema desde todos los ángulos y, verdaderamente, somos uno de los países de mayor porcentaje de dicho fenómeno. Preguntarnos qué pasa no soluciona nada. Lo que necesitamos es buscar alternativas y tomar medidas que permitan frenar este grave problema. El embarazo en menores está presente en todas las clases sociales; siendo más vulnerable en familias marginadas, en las cuales, por asuntos de estilo de vida y falta de conciencia, se ven obligados a salir a trabajar, suelen quedarse solas, acompañado hermanitos durante largas horas. Otro elemento frecuente es que cuando las dejan “acompañadas”, lo están, a veces por un vecino, padrastro, primo, etc. Hace apenas dos o tres meses, dando una charla en un sector marginado, tuve la experiencia de que en una población de ciento veinte personas presentes, había trece embarazadas en edades comprendidas entre catorce a dieciocho años. Este caso me llamó mucho la atención, sobre todo por lo normal que era visto en su ambiente. Al entrevistar a varios adultos, con la mayor naturalidad, respondían que eso era “el pan de cada día”, y algunos de manera jocosa y en alta voz, decían: “eso no es raro. Y eso que usted no sabe nada.”. Es más que urgente atender la necesidad de concientización de padres y adultos responsables de las mismas de lo que significa el cuidado de estas. Son muchos los elementos que inciden e influencian en que se inicien actividades sexuales antes del tiempo esperado. Por ejemplo, en la televisión, sin importar hora presentan programas donde muestran abiertamente escenas no aptas para menores y hasta para mayores. Inclusive, en muchos anuncios se trata de llevar insinuación de este tipo; aunque, en estos momentos, hay empresas dedicadas en su publicidad a, contrariamente a esto, llevar mensajes educativos en todos los aspectos, enfocados en objetivos de responsabilidad social. Enfrentar esta situación conlleva una ardua labor de parte de las autoridades y la sociedad, ya que ante estos eventos necesitamos unir esfuerzos conjuntos para tratar esta problemática. Las familias, como nunca, les hacen falta programas de valores auténticos, educación, que permitan un cambio dentro de las mismas.

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